Te encanta sacar su sonrisa, la recuerdas desde que eras desde que eras pequeña, es verla y te reconforta, te hace sentir bien. Ahora miras al padre de tus hijos y ves sus caritas en ellos, cuando juegan con él, te reconoces.
Él se lo merece todo y se merece estar bien y a gusto. Quieres cuidarle, como él lo hizo en su día y como él hace ahora con tu tribu.
Para esos padres molones, amigos, primos, tíos, abuelos… hermanos del alma. Todos ellos merecen cuidarse de la mejor manera y a lo grande!